Vampyr en lenguas eslavas se deriva del eslavo arcaico oper, con raíces indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa. Significa "volador", "beber o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélagos hematófagos. Otros nombres son: nosferatu (del griego nosophoro, portador de enfermedad), upir (ruso antiguo), vampyrus (latín), vrolok (eslovaco).
La atribución de la sangre como fuente de poder, el temor a la depredación, a la enfermedad o a la muerte y a su expresión palpable el cadáver, así como a la fascinación temerosa por la inmortalidad, constituyen las raíces del mito en la psicología moderna.
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